". . . lavada en el río de la vida
mi reluciente melena
brillará para siempre como el oro,
mientras yo vigilo el redil.”
(In Fine del poema "La Noche" de William Blake)
Sueño desnuda
sobre un piano
en el centro
de un verde jardín,
. . . laberinto medieval.
me bajo la luna de abril
en un febrero que quiere
descomponerse el hielo
volverse estío
ser más febril.
me quedo en post data
sin prisas ni dudas
viendo como me superan
todos con sus prisas. . .
en la nariz.
vuelvo al vicio de ser
humo de nadie
según mi conciencia
juzga y ajusta.
y en el edén oblicuo
de éste cigarro,
se me fornica
la boca delirante
de tanto suspiro
injerto en el suspenso.
como silencios de cítaras
en malos trechos,
como nobles amuletos,
como serenos males
al corazón maltrecho.
arrojo con la bocanada
el sino de otras etapas
pisadas por pasar
huellas que inundaron
internos jardines
como imágenes literarias,
sonatas de la noche
a mi atento compás.
y. . .
como buena dama
- dicen las costureras
del destino -
se me escapa
. . . invariable,
un fuego dispuesto
en el cenicero
a inhalar.
viernes, febrero 29, 2008
Ensueño I (de Diana Bracamonte) P606060
Apretada entre sábanas,
espero a tu sonrisa.
Y a tu cuerpo templado,
que se adhiere a la lluvia,
mojando la ventana,
lo transformo,
en caricias…
Apretada en las sábanas,
espero tus brazos y
tu aliento suave,
tu brillante pelo
y tus ojos
de nocturno cielo.
Apretada,
me expando,
y
en delicada calma,
trasciendo
el sonido,
de la calle mojada,
y recorriendo
aceras,
como tú no vienes,
me fundo en tu vereda
y
escuchando tú ensueño,
me quedo,
Serena…
espero a tu sonrisa.
Y a tu cuerpo templado,
que se adhiere a la lluvia,
mojando la ventana,
lo transformo,
en caricias…
Apretada en las sábanas,
espero tus brazos y
tu aliento suave,
tu brillante pelo
y tus ojos
de nocturno cielo.
Apretada,
me expando,
y
en delicada calma,
trasciendo
el sonido,
de la calle mojada,
y recorriendo
aceras,
como tú no vienes,
me fundo en tu vereda
y
escuchando tú ensueño,
me quedo,
Serena…
miércoles, febrero 20, 2008
Es suficiente... con amanecer (De Marga) P703171
Es suficiente con que el sol asome por el horizonte todos los días y que las flores silvestres broten con armonía y brillen con la brisa, se humedezcan con el rocío y se alumbren con los rayos del sol.
Es suficiente que los teros caminen por mi jardín
y se posen en mi tejado las palomas sin que alguien los espante.
Es suficiente con despertar sin necesidad de nada,
más que abrir los ojos y dejar entrar la luz a mi alma.
Es suficiente el aire que respiro por el mundo
ofreciéndose a bocanadas llenas.
Es suficiente mi alma para trasladarme, de un universo a otro,
sin apuro, buscando, mirando el mundo y la inmensidad...
Por la noche, me basta con la maravilla de descubrir el universo brillando y contemplar las formas de sus luces titilantes...
imaginar miles de millones de mundos, miles de millones de seres...
que también están buscando...
Es suficiente con las leyes naturales y poder volar,
como buena soñadora, en mis sueños.
Es suficiente con la vida, que me tocó en suerte,
con el tiempo que no es el equivocado.
Es suficiente que los teros caminen por mi jardín
y se posen en mi tejado las palomas sin que alguien los espante.
Es suficiente con despertar sin necesidad de nada,
más que abrir los ojos y dejar entrar la luz a mi alma.
Es suficiente el aire que respiro por el mundo
ofreciéndose a bocanadas llenas.
Es suficiente mi alma para trasladarme, de un universo a otro,
sin apuro, buscando, mirando el mundo y la inmensidad...
Por la noche, me basta con la maravilla de descubrir el universo brillando y contemplar las formas de sus luces titilantes...
imaginar miles de millones de mundos, miles de millones de seres...
que también están buscando...
Es suficiente con las leyes naturales y poder volar,
como buena soñadora, en mis sueños.
Es suficiente con la vida, que me tocó en suerte,
con el tiempo que no es el equivocado.
Fin del camino (De Juan José Mestre) P702200
Mortecina,
la luz juega con las sombras,
tan similares.
Le han sacado los ojos
los cuervos al cadáver;
y la nieve sigue…
El frío ya no es más
que una contingencia
entre dos cuencas.
la luz juega con las sombras,
tan similares.
Le han sacado los ojos
los cuervos al cadáver;
y la nieve sigue…
El frío ya no es más
que una contingencia
entre dos cuencas.
lunes, febrero 11, 2008
Hoja de olivo. (de Guillermo Arte William ) P704050
Hoja del Olivo caída yaciente muerta y seca en el camino.
Piso sobre el barro seco, agredido, agrietado.
Desaguado asolado fundido y arenado.
Allanando el gran paraíso del padre.
Por el Sol desnudo que a cae en el camino.
Desértico desarbolado en arenales que crece a pasos agigantados.
¿Un pensamiento?
Del que camina por el por el que transita en él.
¿Dónde está la paloma blanca y su rama de olivo?
¿Dónde está el monte del olivo?
Ya olvidado por el pasar de los tiempos.
¿Dónde está ese riachuelo que desembocaba en el mar?
¿Dónde yace el gran madero?
De sufrimiento asta no llegar a la muerte efímera del asesinato.
Cruel e inapto e infrahumano.
¿Dónde está la Cruz de Madera?
O tus ojos ya no ve la cruz y lo que significa para el hombre.
Donde estás mariposa viajera o eres la rama que atrae hasta tu alastre.
¿Oh eres?
La ramera disfrazada de belleza.
Signo la larga autopista en busca de aquella soledad que me aqueja.
En la gran inmensidad del ocaso de los tiempos.
Hoja de Olivo o del olvido.
Aceite que cubre tu rostro, resbaladizo.
Y oigo tu voz al lucero de la mañana.
El gorrión no canta, hace décadas que abandonó su habitad.
Lengua de tierra que crece muerta.
Ya no busco las marismas ahora ya están desérticas.
Inhospeda larga vaguada seca.
Ya no es riachuelo claro ni hay agua con peces.
Sigo mi largo divagar por lo inerte inamovible.
Tus pensamientos están tan muertos como lo que veo.
Y describe mi lapicero en la blanca hoja.
Reposada en mi buró donde transcritas están estas letras.
Piso sobre el barro seco, agredido, agrietado.
Desaguado asolado fundido y arenado.
Allanando el gran paraíso del padre.
Por el Sol desnudo que a cae en el camino.
Desértico desarbolado en arenales que crece a pasos agigantados.
¿Un pensamiento?
Del que camina por el por el que transita en él.
¿Dónde está la paloma blanca y su rama de olivo?
¿Dónde está el monte del olivo?
Ya olvidado por el pasar de los tiempos.
¿Dónde está ese riachuelo que desembocaba en el mar?
¿Dónde yace el gran madero?
De sufrimiento asta no llegar a la muerte efímera del asesinato.
Cruel e inapto e infrahumano.
¿Dónde está la Cruz de Madera?
O tus ojos ya no ve la cruz y lo que significa para el hombre.
Donde estás mariposa viajera o eres la rama que atrae hasta tu alastre.
¿Oh eres?
La ramera disfrazada de belleza.
Signo la larga autopista en busca de aquella soledad que me aqueja.
En la gran inmensidad del ocaso de los tiempos.
Hoja de Olivo o del olvido.
Aceite que cubre tu rostro, resbaladizo.
Y oigo tu voz al lucero de la mañana.
El gorrión no canta, hace décadas que abandonó su habitad.
Lengua de tierra que crece muerta.
Ya no busco las marismas ahora ya están desérticas.
Inhospeda larga vaguada seca.
Ya no es riachuelo claro ni hay agua con peces.
Sigo mi largo divagar por lo inerte inamovible.
Tus pensamientos están tan muertos como lo que veo.
Y describe mi lapicero en la blanca hoja.
Reposada en mi buró donde transcritas están estas letras.
SILENCIOS (de Skorpiona) P611150
Silencio en quietud del alma,
cuando se detiene el tiempo,
desasosiego que calma,
giró mi vida cual trompo.
Silencio acalla sonidos,
gargantas claman justicia,
exigen los reprimidos,
que viven en la inclemencia.
Silencio que estruja vientres,
seres que tragan mendrugos,
buscan su presa cual buitres,
ancianos/niños mendigos.
Silencio luego de amarte,
cuerpos saciados de amor,
es mi locura quererte,
almanaques de desamor.
Silencio y paz al morir,
rompe cadenas el alma,
libre escribe al partir,
bemoles en pentagrama.
cuando se detiene el tiempo,
desasosiego que calma,
giró mi vida cual trompo.
Silencio acalla sonidos,
gargantas claman justicia,
exigen los reprimidos,
que viven en la inclemencia.
Silencio que estruja vientres,
seres que tragan mendrugos,
buscan su presa cual buitres,
ancianos/niños mendigos.
Silencio luego de amarte,
cuerpos saciados de amor,
es mi locura quererte,
almanaques de desamor.
Silencio y paz al morir,
rompe cadenas el alma,
libre escribe al partir,
bemoles en pentagrama.
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