jueves, agosto 14, 2008

LA ULTIMA JUGADA (de León Bouvier) P806050

En las afueras de Paris, en la villa de Saint- Alphonce, las pendientes de sus callejones era tan pronunciada, que obligaban a acelerar el paso de todos los hombres y mujeres que buscaban abrir juego en los numerosos locales, que con sus luces prendidas esperaban atraer a sus ansiosos jugadores.
Un local espacioso de grande luces que iluminaban todo su entorno, tentaba a los que se paraban en su frente y con su pesada atmósfera de humo de cigarrillos hacia resaltar a los jugadores que se movían de una mesa a otra en búsqueda de su mejor noche: la noche que les cambiara el destino... el destino del jugador. Un veterano y fracasado jugador se apostaba en las puertas de los garitos de juegos, llamando la atención e incitando a sus desprevenidos clientes a entrar. ¡A entrar al juego!
___¡¡¡¡¡Haagan juego señores...hagan juego damas y caballeros....!!!!! . Voces de los grupiers se escuchaban por doquier, solo ensordecidos por el grito espontáneo de un jugador que pegaba un pleno o del murmullo de cientos de voces que llenaban el espacio que junto al humo formaban una atmósfera de pesada ansiedad.
Una mesa de ruleta donde el disco de madera daba vuelta sin cesar, tentaba a sus jugadores a que dejaran sus fichas sobre el tapete de números, color, par, impares, por docenas, por número, las posibilidades eran múltiples.
Apostaban... .
¡¡¡Ese es el juego!!! .
Una dama de cuarenta y tantos años, jugaba con temor sus fichas, las fichas de su vida...... Vení a perdiendo.... cada tanto la suerte se le invertía como incitándola a continuar jugando... .Pero su pilón de fichas cada vez se reducía más.
Solo una quedaba en su haber. Tomo conciencia que esa mesa no era la adecuada en que jugar su ultima partida ante el destino.
Caminó por el salón buscando la mesa en que apostar la única y… la última.
Reparó que en el fondo, cerca de la penumbra, estaba la mesa menos concurrida de todas.
Su grupier, llamaba la atención en dar vueltas y vueltas a su colorida rueda.
___¡¡¡¡Hagan juego!!!!!__ _Decía tentando a sus moradores.
Ella se acerco, reparó que en el tapete solo había dos números el cero y el uno.
Se dio cuenta que esta mesa era una muy especial. Cincuenta y cincuenta, eran sus probabilidades. ¡¡¡Ganaba todo o perdía todo!!!!
Su mano temblorosa dejo caer a su última oportunidad. ..sobre el uno.......
La rueda giraba.
El grupier pego el grito: ¡¡¡¡ Ne plus....rien! !!!. (No más)
Su corazón palpitaba descontrolado, su sudor brillaba bajo la luz, su cigarrillo delataba el temblor de su mano. Una sonrisa fría y una mirada expectante se escapaban de su rostro.
Una ultima corazonada, la hace dudar…..
Extiende su mano... y cambia bruscamente a su única ficha. La corre al cero.
Un hombre que imponía sus años de timbero, venia observándola desde que entró a la sala de juego, se acercó a la mesa, también con la única ficha que le quedaba en la mano.
Y en un movimiento de jugador experimentado, lanzó la ficha y la encimó sobre la de la dama. La miró a los ojos y con una sonrisa, dijo:¡¡¡ Il-n e-y-a -pas deux sans trois!!!.(No hay dos sin tres)
___¡¡¡¡Non,plus.... Mamasoille et Monsieur!!!! .Dijo el grupier.
Ambos se quedan con los ojos clavados en la rueda que gira sin cesar. La respiración se corta. Comparten el silencio.
La rueda lentamente se desacelera.
El grupier canta el número:¡¡¡¡” Cero!!!!”.
Se relajan finalmente ambos, y una sonrisa de complicidad los une junto a una guiñada de ojo del veterano jugador.
La rueda finalmente se detuvo.
Mientras recogían las ganancias. Clavaron su mirada en las manos del grupier, que se abrían en señal de indicar;” ¡¡¡¡Es esto!!!”, mientras señalaba a su disco de madera detenido.
Se dieron cuenta...que. ..este tenía, solo dos números impresos: un UNO e interminables CEROS.
Se dieron cuenta que: La fortuna y la felicidad es muy difícil que caiga en UNO, y que hay que apostar y buscar en la Nada y es mas probable o seguro.... que uno gane algunas fichas.....para la próxima jugada!!!! .” Existe un infinito entre el CERO y el UNO es decir: entre la Nada y el SER, hay infinitas probabilidades! !!!!
No apostarían más en esta. Salieron ambos y se tomaron de la manos, sin hablar subieron la pendiente, la neblina estaba baja....tan baja que les cubría partes de sus piernas. De lejos parecían dos fantasmas que retornaban a su futuro.

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