martes, octubre 09, 2007

Cosas que pasan (de Emiliano Almerares) P609150 Grupo Paginantes en Yahoo Nº 93


Cosas que pasan (de Emiliano Almerares) P609150 Grupo Paginantes en Yahoo Nº 93


  Habíamos ido de camping a Villa Gesell. Entre los que estábamos ahí, se encontraba Silvina, una chica muy linda, amiga de Marcelo, que yo la conocía de los cumpleaños y de alguna que otra reunión que Marcelo había hecho en su casa. A veces, cuando de casualidad nos encontrábamos por ahí, cambiábamos un par de palabras. Esa era toda la relación que teníamos. Si es que a eso se le puede llamar relación. 
  Los hombres habíamos ido a buscar leña y al volver, la encuentro sola, llorando. 
  -¿Qué te pasa, Silvina? -le pregunto. 
  -No quiero estar acá. Me quiero ir -me dice con la voz entrecortada. 
  -Bueno, no te pongas mal. Andate. Para qué te vas a quedar así -le dije y enseguida me di cuenta de que no eran las palabras que ella esperaba escuchar, seguía llorando-. Mirá, para serte sincero, yo tampoco la estoy pasando muy bien que digamos ¿Querés que nos vayamos? Esa idea pareció gustarle más. Me miró a los ojos, entre lágrima y lágrima se las ingenió para esbozar una sonrisa y me dio un largo abrazo de agradecimiento. Respondí su abrazo y la besé en la mejilla. Un beso fraternal podría decirse. Sin ninguna intención rara. 
  -Gracias -me dijo. Minutos más tarde, el llanto cesó. -En realidad, no me quiero ir a casa. Me quiero ir de acá. No me va la vida de camping. Nunca me gustó. Soy más de hotel 5 estrellas. No sé por qué pensé que esta vez iba a ser distinto -y luego de una pausa separadora dijo: -Me dijeron que por acá hay unas cabañas muy lindas, con una vista al mar espectacular ¿Querés ir? No había manera de rechazar la invitación, pero me tomó por sorpresa y me quedé mudo. -Uy, disculpame. Olvidate. No sé qué estaba pensando. Hacé de cuenta que no dije nada. Soy una desubicada. 
  -No, no. Me encantaría ir. ¿Qué esperamos? Preparamos los bolsos y nos fuimos. Eran unas cabañas totalmente equipadas. Hasta yacuzzi tenían. Nos dimos una ducha. Ella primero; yo después. Compramos unos sándwich en la proveeduría y fuimos a comerlos afuera, a un banco largo, tipo de plaza, que había frente al mar. La noche era clara y cálida. 
  -Che, gracias por acompañarme. Sola no me iba a ir y realmente la estaba pasando muy mal -me dijo y la luna llena me permitió ver la tristeza en sus ojos. 
  -Todo bien. A mi tampoco me gusta mucho la precariedad de los camping, pero Marcelo estaba tan entusiasmado y hacía tanto que lo venía planeando que no podía decirle que no. Así que, yo también te tengo que agradecer a vos. Igual, perdoname que me meta, pero me parece que la angustia que vos tenías esta tarde, no era nada más que por el campamento. No sé, me parece que un poco de humo y una que otra picadura de mosquito, no ameritaban tanto llanto. ¿Me equivoco? 
  -No, tenés razón. No ando bien. Acepté venir porque creí que me iba a ayudar alejarme un poco, pero fue peor. 
  -¿Qué te pasó? Si es que me querés contar. 
 -Me separé de mi novio hace dos meses y no lo puedo superar. Es muy doloroso. Llevábamos 5 años juntos. 
 -Sí, es entendible -le dije sintiendo que tenía la obligación de decir algo y sin saber nada más inteligente que decir. 
 -Fue una situación horrible. Pensé que era el hombre de mi vida. Hacía dos años que se había venido a vivir a mi departamento y aparentemente estaba todo bien. Un día salgo más temprano de trabajar y cuando llego al departamento, lo encuentro en "mi" cama con otra mina. No lo podía creer. Nunca me lo hubiera imaginado. Cuando reaccioné, armé un escándalo que ni te cuento. Y obviamente, lo eché del departamento en ese mismo momento. 
  -Qué feo. La verdad que nunca me pasó algo así. No sé como reaccionaría. Ella hizo un silencio, tal vez esperando que le dijera algo más. -Disculpame. Quisiera decir algo que te hiciera sentir mejor. Pero creo que serían palabras vacías. Creo que lo mejor en estos casos, y la única cosa que se puede hacer, es soportar el dolor y esperar hasta que un día, como por obra de magia, la angustia desaparezca. El problema es que no se puede saber cuándo va a ser ese día. 
  -Sí, eso me dicen todos y es fácil decirlo. Pero ¿sabés lo que pasa? Si él hubiera desaparecido de mi vida, capaz que sería más sencillo. O al menos, eso creo. Pero no me deja en paz. Me va a buscar al trabajo. Se me aparece en casa. Me manda un ramo de rosas todos los días. Me llama. Me deja mensajes en el contestador. Me pide que lo perdone. Me jura y me re contra jura que no va a volver a pasar. Hasta me hizo un pasacalle. Y lo peor del caso es que sigo enamorada de él. A veces, pienso en todo lo que vivimos y me dan ganas de perdonarlo. Pero creo que en estos casos, es necesario dejar el corazón al margen y pensar con la cabeza. Y no hay nada que me haga pensar que si me engañó una vez, no vuelva a hacerlo. Tal vez, la próxima vez tendría más cuidado. Pero sé, estoy totalmente segura, que, tarde o temprano, volvería a engañarme. No puedo perdonarlo. Aunque por dentro, me sienta morir
 -Sí, yo pienso lo mismo. No se puede perdonar una infidelidad. No tenés que aflojar. Tratá de mostrarte lo más fría posible. Que no se de cuenta de que a vos todavía te pasan cosas con él, porque si no, no te va a dejar en paz. Ahora, ¿vos realmente querés que él desaparezca de tu vida para siempre? 
  -Y ya te digo, por dentro, a veces me dan ganas de perdonarlo. Pero por otro lado, sé que lo mejor va a ser que me olvide de él, porque no quiero volver a pasar por esto. Al menos, no con él. 
  -Bueno, ese es el problema. Vos todavía no sabés lo que querés hacer. Porque una vez que estés segura de que no lo querés ver ni en figurita, lo amenazas con hacer la denuncia por acoso en la policía. Y si te sigue molestando, la hacés y listo. Ahí se acaba todo. 
  -¿Y si me decido por perdonarlo? 
  -Y bueno, vos sabrás. Si esa es tu decisión, vas a tener que hacer borrón y cuenta nueva y rogarle a Dios que no te vuelva a lastimar. 
  -Puta, qué difícil que es. 
  -Y sí, el amor es la cosa más complicada y retorcida del mundo. Porque no hay libros, ni manuales que uno pueda consultar cuando no sabe qué hacer. Por ejemplo, si estos manuales existieran, vos lo abrirías en el capítulo infidelidad y ahí posiblemente diría algo así: Si su novio la engaña, mándelo a cagar. Entonces, vos agarrás, lo mandás a cagar y santo remedio, a otra cosa mariposa, si te he visto no me acuerdo y seguís con tu vida como si nada hubiera pasado. Rio de buena gana y apoyó su cabeza en mi hombro. Yo no pude hacer otra cosa más que rodearla con uno de mis brazos. 
  -Gracias, de verdad. Muchas gracias. Me siento mucho mejor -dijo mirándome a los ojos y pude ver que era verdad. 
 -De nada. Después de eso nos quedamos callados. Mirando el cielo. El silencio era total, sólo se escuchaba el sonido del mar. No sé ella, pero yo sentí una sensación de bienestar que creo que no había sentido antes. No sé si era porque creía que realmente había ayudado a que ella se sintiera mejor, o por tener a una chica hermosa descansando su cabeza en mi hombro, o no sé por qué habrá sido, pero me hubiera quedado ahí, sin moverme, una semana. Después de dejar caer unas cuantas lágrimas más sobre mi hombro, se quedó dormida. En algún momento, yo también lo hice y el sol nos encontró abrazados. 
  Al mediodía, volvimos a Capital, cada uno a su casa. -Bueno, chau. Gracias por todo. Hablamos -me dijo al despedirse. Cuando le conté a Marcelo, lo que había pasado, porque me había ido tan repentinamente del camping, me dijo que era un boludo. 
  -Te juro que no lo puedo creer -me dijo indignado-. Te invita semejante pedazo de mina a pasar la noche en una cabaña frente al mar y no hacés nada. ¿Te pensás que te invitó para charlar nada más? Debe pensar que sos puto. Y lo bien que hace. Es más, me parece que tiene razón, te debés haber vuelto puto. Sí. No hay otra. Te volviste puto. Y bueno, mala suerte. Pasa en las mejores familias. 
  -Anda a cagar. Pero, sí, la verdad que tenés razón. Soy un boludo -le dije para que me dejara de joder. Él jamás me entendería y yo no quería hablar más del tema. Pero en el fondo sabía que había hecho lo correcto. Sólo un canalla se hubiera aprovechado de esa situación y yo no lo soy. No volví a ver a esa chica. Dicen que al final se decidió por perdonar a su novio. Sólo deseo, de todo corazón, que no vuelva a lastimarla. No dejo de preguntarme qué hubiera pasado si hubiera actuado como el común de los hombres. Creo que nunca lo sabré. Y lo más triste del caso es que aunque ella ya ni se debe acordar de mi; yo, todavía, cada vez que voy a la costa y escucho el sonido del mar, siento una lágrima de ella cayendo sobre mi hombro.


PY  11  2 93



GRUPO PAGINANTES

PAGINANTES (Yahoo hizo desaparecer todos los archivos de Paginantes en Yahoo y de todos los Grupo a los que invitó a su server, lucrando con nuestra presencia, por una nueva decisión empresarial En mi barrio lo hubieran llamado traición)


PAGINANTESNUEVASLETRASEDICIONESBATTAGLI Podés retirar Nuevas Letras gratis, también números históricos agotados hace décadas EN EL KIOSCO de Av. Las Heras 2126 CABA abierto todos los días de 5 a 13 https://moovitapp.com/index/es-419/transporte_p%C3%BAblico-Las_Heras_2126-Buenos_Aires-site_133232581-1602 PAGINANTESNUEVASLETRASEDICIONESBATTAGLI Estoy  representando  escritores  *  Te  consigo  la  posibilidad  de  publicar  en  las editoriales  más  grandes  del  país  *  Me  ocupo  de  todo  *  Te  difundo  mundialmente  en  papel  y  en  modo  virtual  con  Nuevas  Letras  y  Paginantes  *  Si  hace  falta  corregir  las  obras  yo  me  ocupo  NADIE  VA  A  TOCAR  UNA  COMA  SI  YO  ESTOY  EN  EL   PROCESO   (11 5459-4902 WhatsApp / luisbatt@interserver.com.ar)  *  Mediante  mi  taller  literario  te  ayudo  a  crecer  en  las  letras  *  Si  querés  dar  taller  literario  te  enseño  y  te  consigo  los  alumnos  *   Alguna   vez   soñaste  que  alguien  te  abriera  las  puertas  de  la  literatura?  TU  SUEÑO  SE  CUMPLIÓ.   ACÁ  ESTOY

No hay comentarios.: